El proyecto Arafolk

¿Por qué un cancionero sonoro? No se puede negar que en la labor de divulgación de nuestro folklore que viene desarrollándose de manera incesante sobre todo en las últimas décadas han jugado un papel de especial relevancia los cancioneros. Adaptados en cada época a los medios tecnológicos disponibles, han pasado de ser libros con recopilaciones de partituras a grabaciones sonoras en CD sonoro, CD-rom e incluso video y DVD. Si bien los primeros presentan los inconvenientes de que sólo son accesibles a las personas con conocimientos de solfeo y de que las transcripciones musicales suelen ser imperfectas al tratar de adaptar a la rígida escritura musical muchos de los matices del canto popular, los soportes magnéticos o digitales resultan caros y de capacidad de información limitada, aún cuando esta capacidad sigue creciendo hoy día.

Tratando de conjugar las ventajas de unos y otros se ha recurrido en este cancionero al estándar MIDI, formato musical creado como herramienta de intercambio de información entre instrumentos musicales electrónicos. Un documento en formato MIDI requiere muy poco espacio de almacenamiento, puesto que no contiene la música propiamente dicha sino una serie de comandos o instrucciones que indican a un dispositivo electrónico (tarjeta de sonido, sintetizador) cómo interpretar esa música. Por lo tanto es una herramienta idónea para divulgar música sin necesidad de grandes cantidades de espacio de almacenamiento. Al mismo tiempo, el pequeño tamaño de estos ficheros permite aprovechar las ventajas de un medio de comunicación tan extendido actualmente y de tan alta penetración como es Internet, pues aún con pequeños anchos de banda y limitaciones de velocidad como los que se dan en la transmisión por módem a través de líneas RTB se pueden enviar documentos de larga duración en tan sólo unos pocos segundos.

Por contra, el formato MIDI tiene el inconveniente de que la calidad con que se consigue imitar el sonido real de un instrumento musical es variable (nula en el caso de la voz humana), está condicionada por los medios tecnológicos de que se disponga para reproducirla. En el caso de este cancionero, en el que la música es transmitida a través de Internet y ejecutada por la tarjeta de sonido del receptor, será ésta tarjeta la que determinará la calidad final del sonido. Por lo tanto no se obtiene una calidad de sonido real, como la que proporciona una grabación en CD o video.

No obstante, el formato MIDI proporciona la calidad suficiente para los objetivos de este Website, que como cancionero pretende divulgar la música tradicional de Aragón de forma que quien lo visite sepa apreciar su gran variedad y distinguir las múltiples manifestaciones que presenta.

Esta afirmación viene avalada por los testimonios recibidos durante el ya largo tiempo transcurrido desde que Arafolk vio la luz por primera vez, en julio de 1988, y el entusiasmo con que fue recibido por un gran número de personas que, espontáneamente, quisieron participar en este proyecto aportando información y experiencia, corrigiendo errores y proporcionando datos, personas cuyos nombres se citan más adelante como agradecimiento y reconocimiento de una labor que les convierte en verdaderos autores de Arafolk.

METODOLOGÍA

En la elaboración de este cancionero se han consultado materiales de muy diversa procedencia. El embrión fueron unas cuantas melodías seleccionadas de los cancioneros publicados por entonces. Los primeros que se dispuso fueron el Cancionero musical de la provincia de Zaragoza, de Ángel Mingote, la Colección de cantos populares de la provincia de Teruel, de Miguel Arnaudas y el Cancionero Altoaragonés de Juan José de Mur. Poco después aparecieron otras dos extensas recopilaciones de música popular de Aragón: la reedición del Cancionero popular de la provincia de Huesca, de Juan José de Mur, y la primera aparición completa entre el gran público del Cancionero Altoaragonés de Gregorio Garcés. De todos ellos se extrajo una pequeña pero representativa colección de melodías que trataba de componer una muestra de los distintos géneros musicales que se habían conservado en Aragón.

A partir de la publicación de este primer trabajo la extracción de melodías de los cancioneros se desarrolló simultáneamente con la publicación de información recibida a través de Internet, bien directamente (información escrita, grabaciones propias enviadas por e-mail, fotografías…) o bien mediante entrevistas con personas que se ofrecían a aportar su colaboración. Esto significó la primera aparición de material inédito o de variantes de las versiones publicadas en los cancioneros antes mencionados. Debo mencionar aquí por su especial importancia la participación de Lola Bielsa, Javier Aparicio y el Ligallo de Fablans de l’Aragonés.

Simultáneamente comenzaron a aparecer nuevos trabajos gracias a los cuales se rescataban del olvido grandes parcelas de nuestra tradición oral. De estos trabajos se seleccionó lo más interesante por su novedad y su variedad para publicarlo en formato MIDI en Arafolk. Aun a riesgo de omitir a alguno de los más importantes, debo citar trabajos como Bllat Colrat!, Lo Molinar, La sombra del olvido, La música tradicional en tierras del Jiloca y Gallocanta o los trabajos del Archivo de Tradición Oral.

La creación del Servicio de Patrimonio Etnológico, Lingüístico y Musical del Gobierno de Aragón y la decisión de este Servicio de crear un Fondo Documental de Patrimonio Etnológico de Aragón significaron un nuevo impulso a esta tarea, por dos razones: la primera, las campañas de promoción y difusión del patrimonio etnológico y la creación de una Biblioteca Electrónica como parte del Fondo Documental supusieron la oportunidad de publicar trabajos de gran calidad que, por razones principalmente económicas, hubieran quedado de otra forma relegados al olvido. Éste es el caso, principalmente, de recopilaciones extensas y de gran calidad como La tradición oral femenina en la comarca Campo de Belchite, Valtorres: música y tradición, El Cancionero de la Dulzaina Aragonesa o Investigación sobre los tambores y bombos del Bajo Aragón. La segunda razón es que mi participación en la parte musical de dicho Fondo Documental me proporcionó la oportunidad de estudiar de primera mano fuentes de información a las que el desconocimiento, el desinterés, o a veces incluso el exceso de intereses habían dejado arrinconados, como es el caso del fabuloso trabajo de Arcadio de Larrea en Aragón, repartido entre Barcelona y Madrid. Así mi trabajo en el Fondo Documental y otros trabajos de recopilación en los que participo o he participado ha permitido la incorporación de material inédito que por su interés u originalidad supongan aportaciones interesantes a los ya existentes en Arafolk.

Pero no sólo debo citar cancioneros y fuentes de música tradicional aragonesa: el estudio de ésta en su marco histórico y cultural exige, como se apuntaba en la intoducción de este trabajo, relacionarla con la música de otras comunidades, y en especial con las que en su día formaron la Corona de Aragón, por la especial relevancia de ésta y su influencia en nuestra herencia cultural. Por eso se han elegido también algunas melodías procedentes de estas comunidades. Las fuentes de información más importantes han sido el Cancionero musical de la provincia de Valencia y el Cancionero musical de la provincia de Alicante, de Salvador Seguí, y el Costumari Català y el Cançoner de Joan Amades. Además debo señalar las aportaciones (entre
muchas otras) de Jordi Jordà, Ramón Jové y Víctor Dols.

La etapa actual de Arafolk combina la publicación de trabajos sobre organología y tradiciones musicales que han aportado acreditados profesionales e investigadores como Ángel Vergara, Mariano Pascual, Eugenio Gracia o Jesús López, con la participación en actividades de difusión de la música y la cultura tradicionales de Aragón en medios de comunicación. Es de destacar la colaboración en los magacines Ésta es la nuestra y Es sábado, es Aragón de Aragón Radio, emitiendo una serie de espacios dedicados a la música y los músicos tradicionales de Aragón, desde el año 2006 hasta la llegada de la devastadora sequía cultural que trajeron las elecciones autonómicas del año 2011 a esta tierra, ya de por sí muy de secano, y las intervenciones periódicas en el prestigioso programa El Paso de la Estantigua que dirige y presenta Francisco Caro en la emisora Radio Lebrija.