La noche de las ánimas

Con la llegada del día de Todos los Santos y el Día de Difuntos, muchas localidades recuperan la antigua celebración, de orígenes celtas, de la noche de las ánimas, noche en la que los espíritus estaban autorizados a abandonar los cementerios y «resucitar» apoderándose de los cuerpos de los vivos.

El temor llevaba a la gente a adornar sus casas con símbolos terroríficos, como calaveras y huesos, que debían servir para ahuyentar a los espíritus. Con el mismo fin se disfrazaban de personajes espantosos.

La doctrina católica reconvirtió esta antigua fiesta pagana en la noche de difuntos, en la que las ánimas del purgatorio vagaban en busca del descanso eterno y acudían a nosotros en busca de ayuda, ayuda que debíamos prestarles a cambio de su intercesión por nosotros para lograr nuestro bien.

La celebración tradicional de esta fiesta consiste en vaciar calabazas por un pequeño agujero hecho en su base, haciéndoles agujeros con forma de ojos, nariz y boca de aspecto terrorífico y poniéndoles dentro una vela encendida. Estas calabazas se llevaban en procesión por la noche o se ponían en puertas y ventanas para asustar a la gente. Había alguna persona que se disfrazaba de fantasma y salía a la calle con el mismo fin de asustar.

Durante la dictadura la celebración pagana estuvo prohibida, de manera que acabó cayendo en el olvido, y ha sido hace unos pocos años cuando de nuevo comenzaron a celebrarse procesiones con calabazas iluminadas y a recuperarse algunos de los ritos tradicionales propios de la fiesta.

Desde entonces han sido numerosos los actos que se han venido celebrando en Aragón con motivo de la Nueit d’Almetas, y aunque los dos últimos años han sufrido las consecuencias de la pandemia, este 2021 nos brinda ya alguna ocasión de juntarnos en torno al fuego para escuchar historias de brujas y alumbrar a las almetas a encontrar su camino.

En concreto, la localidad oscense de Villanúa ha organizado una velada con una serie de actos en torno a esta Nueit d’almetas, entre los que figura un pasacalles a cargo de Os diaplerons d’o lugar y la presentación del disco Cierzo lento, un trabajo de Javier Idoipe en el que el artista zaragozano se adentra en el mundo de la música tradicional de Aragón y de la jota a través de la música electrónica.

Estos actos tendrán lugar en Villanúa (Uesca) el día 31 de octubre de 2021.

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