Hay muchos motivos por los que es obligado mencionar al grupo folk tortosino Quico el Célio, el Noi i el Mut de Ferreries al hablar del repertorio de música tradicional y folk de Aragón. Esta veterana banda, interpretando sus particulares versiones de la música tradicional de las Terres de l’Ebre, ha grabado ya 17 discos desde su mítico Es cantava i es canta de 1994, en todos los cuales podemos encontrar, entre otros temas musicales todavía vivos y reconocibles en la cultura popular de las comarcas orientales de Aragón, versiones con inimitable sabor popular de la jota improvisada del delta del Ebro, que en pleno siglo XXI se mantiene viva gracias a algunos cantadores del Baix Ebre que siguen cultivando su capacidad de improvisar una cuarteta bien rimada y colocarla en una copla de jota en el momento oportuno. Sin ir más lejos, el último disco de Quico el Célio, el Noi i el Mut de Ferreries, titulado No tinc diners (muy adecuado a los tiempos que corren), incluye entre otras joyas unas divertidas Jotes de ronda, cantadas a la manera tradicional del Delta con el acompañamiento de la banda Suc d’Anguila.
Pero si cualquier momento es oportuno para disfrutar de la jota más tradicional cantada por Quico el Célio, el Noi i el Mut de Ferreries, este último disco, publicado en 2017, lo hace además merecedor de nuestra atención porque rinde un bello homenaje al Pastor de Andorra, el cantador de jota José Iranzo, natural de Andorra (Teruel), fallecido pocos meses antes de que este disco viera la luz, y quien a lo largo de su extensa y apasionante vida artística popularizó una jota que ha recorrido medio mundo, como personificación de su protagonista, la «palomica» que quiso volar más lejos de lo conveniente.
La colometa, versión de Arturo Gaya (el Célio) con unos hermosos arreglos musicales de Josep Lanau (Jaume Matamoros), es una invitación a levantar el vuelo sin perder de vista la belleza de las tierras del Delta; invitación en la que la adaptación de Arturo Gaya conserva íntegro todo el simbolismo de la copla original de Iranzo y le añade especial belleza gracias a una interpretación a dúo melodiosa, nada estridente y plena de matices.
Quico el Célio, el Noi i el Mut de Ferreries hacen de esta manera un valioso y emotivo reconocimiento a la figura de nuestro legendario Pastor de Andorra.